Este es el segundo año que WEC publica el Índice Trilemma durante la pandemia de COVID-19, que continúa amenazando la salud y perturbando la economía mundial. Esta herramienta que entrega nuevos caminos para la política energética, se basa en datos históricos que sirven para evaluar el desempeño en el pasado y, como tal, el impacto de la crisis aún no se refleja completamente en los datos.
Si bien se están haciendo visibles más conocimientos sobre el efecto de la pandemia en la industria energética, como la disminución de la demanda y las recuperaciones locales fragmentadas, las implicancias a largo plazo para los sistemas energéticos y la transición siguen sin estar claras.
El contexto local es fundamental para la forma en que los países desarrollan sus diferentes políticas energéticas, en función de sus circunstancias nacionales con diferentes recursos naturales, geografías y sistemas socioeconómicos. Estos contextos diferentes conducen a una divergencia de sistemas que significa que no puede haber un camino único para una transición energética exitosa; en cambio, cada país debe determinar su propia mejor vía de política energética con respecto a su situación y prioridades nacionales.
Tal diversidad significa que las comparaciones directas entre las clasificaciones y las puntuaciones de los países incluidos en el Trilemma son menos informativas, pero en cambio deberían ayudar a proporcionar una apertura para un diálogo, con los países aprendiendo unos de otros sobre qué políticas funcionan, en qué circunstancias y por qué. El Energy Trilemma Index puede ayudar a las naciones y las partes interesadas en la energía a priorizar las áreas de la política energética que más se pueden mejorar y explorar qué opciones podrían ser más apropiadas.
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