“Tenemos que coordinar de mejor manera la demanda eléctrica que va a generar la electromovilidad”, así lo advierte Aura Rearte, directora de Estudios y Regulación de la Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol), respecto al escenario futuro de las redes de distribución al momento de masificarse los autos eléctricos y los consumidores necesiten instalar terminales de carga en sus domicilios. “Nos falta información para saber la real capacidad de, por ejemplo, la red de baja tensión que cambia constantemente y cuyos registros no están actualizados”, explica.
Durante el último conversatorio organizado por WEC Chile, se planteó las oportunidades y desafíos de las redes de distribución frente a la alta penetración de los recursos energéticos distribuidos.
Cuando hablamos de recursos energéticos distribuidos, entendemos que se trata un cambio de paradigma que incluye a las energías renovables de pequeña y mediana escala, la eficiencia energética, los sistemas físicos y virtuales de almacenaje, la gestión de la demanda y el vehículo eléctrico.
“Los sectores de transporte y generación de electricidad producen un 50% de los gases de efecto invernadero en el mundo. Para contrarrestar esta situación, la electromovilidad y la puesta en marcha de proyectos que suministran energía a partir de fuentes limpias, es clave”, señala Luis Gutiérrez-Lagos, profesor asistente de la facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez.
“La respuesta a la demanda y el rol de los usuarios es muy importante para resolver problemas que se van a presentar en la red de distribución. También es relevante que nosotros podamos regular para poder recompensar de forma adecuada y que la gente quiere ser par de la solución. Si no damos los incentivos, esto no va a pasar. Por ejemplo, en otras partes, existen los agregadores: tú puedes suscribir un contrato con un ente comercial a quien le sedes un poco tus recursos energéticos distribuidos en pos de tener un beneficio mayor”, comenta Gutiérrez-Lagos.
“Tenemos que pensar que son los cambios tecnológicos que adoptan las personas quienes están causando estos desafíos en la operación de la red, entonces tenemos que hacerlos parte de la solución”, enfatiza.
Respecto a lo que está haciendo la Agencia de Sostenibilidad Energética, Gabriel Guggisberg, coordinador de E-Mobility de la entidad, cuenta que a través de distintas iniciativas (como Casa Solar) buscan la masividad de los sistemas fotovoltaicos y también impulsar lo que es la electromovilidad. “Esto último no solo se refiere a los autos, sino a preparar las ciudades para que puedan recibir a los vehículos eléctricos. Aquí también cabe entender los desafíos que conlleva instalar sistemas de carga domiciliarios que podrían duplicar los consumos”, apunta.
“Los vehículos no solo se van a cargar en las casas, sino también en las calles: en espacios públicos, en servicentros y en terminales de buses del orden de los 3 MW que son consumos muy importantes que estresan la red. Entonces lo que hoy hemos hecho, además de generar programas que incentivan la compra de vehículos eléctricos y desplegar sistemas de carga en las calles, aún con baja demanda por lo que los consumos no se perciben, es salir a mirar todo el país para comprender cómo va a ser todo este despliegue de terminales de carga en regiones”, explica el experto.
En ese sentido, Guggisberg hace referencia a la dualidad que presenta la electromovilidad, que si bien puede consumir bastante, también posibilita inyectar energía a la red gracias a las baterías de los vehículos, sobre todo pensando en buses y sus terminales de carga.
Se puede revisar el conversatorio completo a continuación: