«Soy Valentina Soto, casada y mamá de Santiago (4 años) y Leonor (2 años). Estudié psicología porque siempre quise poder ayudar a otras personas con mi trabajo. Durante mis años de universitaria me enamoré de la psicología laboral, porque descubrí que la gestión de personas es clave para que la experiencia de los colaboradores al interior de una organización sea la mejor. Hoy trabajo muy motivada para hacer realidad ese propósito ya que de eso dependen también los buenos resultados de las compañías».

«Recientemente cumplí 10 años en Empresas Gasco, por lo que prácticamente toda mi experiencia laboral ha estado ligada al sector energético. Empecé como especialista de Desarrollo Organizacional y hoy lidero la subgerencia de Gestión de Personas, rol que me ha permitido establecer vínculos con las diferentes áreas de la empresa y, sobre todo, con los diversos procesos del negocio».

«En 5 años más, me veo como una profesional empoderada, que plantea sus puntos de vista con argumentos claros y es capaz de disentir si es necesario, sin importar la audiencia. Me veo liderando equipos diversos que trabajan por un objetivo común e impulsando iniciativas que permitan compatibilizar la vida familiar con el trabajo y la corresponsabilidad. En 5 años más, espero haber impulsado acciones concretas para fomentar la flexibilidad laboral, el trabajo por objetivos y el desarrollo de programas de liderazgo femenino que permitan abrir espacios para que más mujeres se puedan desempeñar profesionalmente potenciando sus propios intereses, talentos y fortalezas».

«Tal como la evidencia lo dice, la coexistencia de hombres y mujeres en el trabajo hace que los equipos sean más creativos, que exista un mejor clima y se fortalezcan sus dinámicas internas. Para las organizaciones del futuro, la diversidad será sin duda un elemento clave y diferenciador. En esa línea, me parece fundamental que generemos instancias que nos permitan abrir más espacios para el desarrollo del talento femenino, pero no para ir en ‘desmedro’ de nuestros trabajadores hombres, sino para sacar lo mejor de esta diversidad y complementariedad entre géneros. El nivel de participación de mujeres en la industria energética es aún bajo, y por eso me parece esencial impulsar con fuerza una red de apoyo de mujeres líderes en esta industria, porque -desde mi perspectiva- el trabajo colaborativo refuerza los procesos de transformación necesarios para abrir caminos».

«En lo personal, me apasiona mucho el liderazgo femenino y desde mi rol en Gestión de Personas pretendo seguir impulsando proyectos para potenciar el espacio y rol de las mujeres en la organización. Actualmente, soy de las pocas mujeres con un rol ejecutivo en la compañía y uno de mis objetivos es contribuir a que sean muchas más la que puedan desarrollar sus talentos en la industria energética que tanto aporta al desarrollo del país».