Alejandra se acercó al mundo de los fenómenos energéticos gracias a Isaac Asimov y a su libro «Fundación», que leyó en la adolescencia. Por otra parte, Romina piensa que humanizar la energía es abrir el dialogo e involucrar a más personas en los debates que tenemos sobre el futuro del sector. Conozcamos a estas dos profesionales que tienen mucho que aportar a la industria.

Alejandra Alfaro – AES

«Mi nombre es Alejandra y personalmente me considero una caminante respetable -abarco a pie no despreciables distancias, especialmente en la ciudad y al atardecer-, una bibliotecaria en potencia -colecciono libros y en ocasiones, los leo- y una agradecida de la música. Estudié Ingeniería Civil Industrial Eléctrica en la Universidad Católica y trabajo en AES hace casi cuatro años. Ingresé al equipo de OPEX de FP&A, haciendo control de gestión en el Complejo Norte de Chile, luego ejercí como especialista de CAPEX para Sudamérica y actualmente me desempeño en planificación de recursos humanos para Sudamérica y Eurasia».

«Visto con los años, pienso que mi vinculación con la industria energética tiene su raíz en la literatura: en la adolescencia tenía especial inclinación por la ciencia ficción de la postguerra y fue entonces cuando leí la serie “Fundación”. El retrato de Isaac Asimov de un imperio estelar en decadencia que en su retorno a la barbarie regresa al uso del carbón y el petróleo como fuentes energéticas, olvidando el aprovechamiento atómico de las sociedades tecnologizadas, caló profundo en mi imaginario juvenil. Algún tiempo después, trabajé un verano como encuestadora del INE levantando información de consumo energético para el sector industrial y manufacturero, y a partir de esta experiencia la industria energética adquirió un sentido concreto para mí. Ya al final de la carrera tuve la oportunidad de realizar la práctica profesional en la SEREMI de Energía de la RM, en donde definí mi intención de dedicarme a la industria. Mi área de interés principal es la generación eléctrica, en su dimensión geopolítica y tecnológica».

«Por un lado, me interesa la problemática de seguridad energética y abastecimiento en un mundo en reconfiguración. Por otro, me entusiasma la manifestación del ingenio humano en soluciones tecnológicas que nos permitan abordar los desafíos energéticos locales y globales. Así como los últimos años han mostrado un desarrollo meteórico de ERNC altamente competitivas, observo con esperanza qué depara el ingenio humano para la próxima década, especialmente en lo que respecta al desarrollo de reactores nucleares modulares.

«El acceso a la energía constituye una habilitación hacia la sociedad, porque la energía es soporte de toda actividad humana».

«Civilización y energía resultan indisolubles desde sus orígenes, tanto así que la última etapa de la evolución fue posibilitada por el dominio del fuego. El acceso a la energía constituye entonces una habilitación hacia la sociedad, porque la energía es soporte de toda actividad humana. Así, pienso que la humanización de la energía quiere decir hacer partícipes a todos en el desarrollo energético, asegurar la inclusión de todos. Esto tiene una traducción imperativa: asegurar el acceso de los más vulnerables en cantidad y calidad suficiente. Luego también es una invitación a conceptualizar la energía como “cosa pública”, inaugurar una República Energética; comprenderla como un asunto que nos atañe a todos, en donde todos debemos estar involucrados, todavía más si se añade el desafío del impacto ambiental de nuestra civilización».

«Esta invitación a la participación de la humanización energética es abierta y voluntaria. La voluntad la ejerce cada individuo, pero la apertura es asunto de la comunidad. Una comunidad diversa es el reflejo de un esfuerzo conjunto hacia esa apertura, así como su atributo de fortaleza. Como comunidad energética se debe mantener el esfuerzo que asegure la prevalencia del “estricto orden de mérito” en la participación de los individuos en la industria, por sobre consideraciones erróneas de capacidad o valoración, o impedimentos de ingreso o permanencia. Asegurado este principio, bastaría nada más abrir las compuertas para que el talento femenino, que es un torrente abundante y caudaloso, produzca electricidad».

Romina Barría – Schneider Electric

«Soy ingeniera civil electrónica de la Universidad Técnico Federico Santa María. Nací en Valparaíso y migré a Santiago por trabajo. Encontré el amor hace 17 años en Concepción con Angel, quién es ariqueño y somos padres de 2 niños y 1 niña. Disfruto verlos crecer y ver cómo estas nuevas generaciones llevan en su ADN valores tan importantes como la igualdad, cuidado a la naturaleza y respeto a la diversidad».

«Tengo 20 años de experiencia, comencé en el sector de la automatización industrial, lo que naturalmente me fue acercando al mundo de la energía. Hoy en día trabajo en Schneider Electric, empresa con la que comparto profundamente la visión de crear un planeta más sostenible a través de energía limpia y asequible».

«Humanizar la energía, para mi, es abrir el dialogo e involucrar a más personas en los debates que tenemos sobre el futuro del sector energético, entendiendo que este tema va más allá de las tecnologías y las discusiones del lado de la oferta de la energía. Es importante centrar el debate en el futuro y poner los avances de hoy al servicio de las personas, asegurándonos que se cumplan los compromisos globales, tanto en beneficio de la humanidad, como del planeta. Para esto es necesario que nos comprometamos plenamente con la creciente diversidad de sistemas energéticos para garantizar que sus transiciones energéticas se realicen de forma limpia y justa, creando juntos un futuro más brillante para las generaciones venideras».

«Avanzar hacia la igualdad de género contribuye a proteger el planeta, aliviar la pobreza y lograr la paz y la justicia en todo el mundo»

«Una transición hacia energía más limpia y sostenible requiere de innovación, colaboración y diversidad, lo que se logra a través de una mayor participación de un grupo diverso de talentos. Siendo cada vez más relevante trabajar en todo momento con una perspectiva de género y de inclusión».

Avanzar hacia la igualdad de género, contribuye a proteger el planeta, aliviar la pobreza y lograr la paz y la justicia en todo el mundo, siendo éste uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es por esto por lo que estoy feliz de formar parte de este programa, ya que veo a mis compañeras, importantes lideres en el mundo de la energía, cómo contribuyen a la industria energética desde sus diferentes carreras como periodista, ambientalistas, abogadas, ingenieras. Sé que esta nueva generación puede ser un gran aporte y con cada granito de arena podemos hacer la diferencia».