Juan Francisco Mackenna es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y cuenta con un LL.M. de Duke University. Ha sido reconocido en diversos rankings internacionales, entre ellos, en Energía y Recursos Naturales, y en Proyectos por Chambers Latin America, y en Electricidad, Petróleo y Gas por The Legal 500.
Es miembro del Directorio del World Energy Council (WEC) Chile y fue consejero de la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA). Además, es fundador y exvicepresidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas (APEMEC) y ha sido asesor en importantes proyectos de ley. En su vida personal disfruta mucho del deporte y le gusta leer novelas históricas, la cocina y viajar.
¿Qué significa para ti ser parte de WEC Chile?
Es una instancia de mucha reflexión, de mucha cordialidad, en la cual uno tiene la oportunidad de conversar con personalidades líderes con mucha experiencia y visión, respecto de los desafíos del sector eléctrico y energético de forma respetuosa.
¿Cuál crees que es el principal aporte de tu organización a esta plataforma de diálogo neutral?
Carey es la mayor firma de abogados del país, con una diversidad enorme de experiencias y de capacidades técnico-legales, jurídicas, y por lo mismo nos ha tocado participar en los principales proyectos y desafíos legales que se han enfrentado en Chile. Hemos participado en los principales proyectos mineros, energéticos, de concesiones de obras públicas, etcétera, y por lo tanto, creemos ser un aporte, tanto de experiencia, como de visión e ideas que pueden servir para nutrir el cumplimiento de los objetivos del WEC.
¿Cuál crees que es nuestro principal potencial a nivel país en cuanto a recursos energéticos?
Definitivamente, Chile es el país que cuenta con la mejor y mayor disponibilidad de energías renovables no convencionales y debemos aprovecharlas.
¿En qué debiéramos enfocarnos y cuáles son los principales desafíos?
A mi juicio Chile se tiene que focalizar en el desarrollo de la industria del hidrógeno verde. Primero a nivel local y luego como un producto potencialmente de exportación, ya sea del mismo hidrógeno o del amoníaco como derivado. Debemos enfocarnos en la eficiencia energética, en la electromovilidad. Todas estas son buenas noticias para un país que no tiene hidrocarburos y que depende de la importación de petróleo y de carbón, que además provocan un efecto ambiental adverso. Por lo tanto, nuestro foco debería ser a nivel consumo, seguir trabajando en la educación de los consumidores, de las personas respecto de la importancia del uso de la electricidad y ojalá de una electricidad de origen sustentable.
Los principales desafíos son superar las barreras “permisológicas” de impacto, y ciertas visiones a veces un tanto ideologizadas respecto de la importancia que tiene la energía para el desarrollo del país.
¿Qué significado le das a la humanización de la transición energética?
Como objetivo del WEC, la humanización de la transición energética trata de poner a las personas en el centro. Buscar cuáles son sus intereses, cuál es su visión del futuro, sus proyecciones, sus preocupaciones. Y qué mejor que generar instancias de conversación, de creación y formación de comunidad. Creo que una experiencia muy positiva de esto fue el viaje de nuestra delegación al 26° World Energy Congress en Rotterdam durante el mes de abril, en donde pudimos compartir en una instancia mucho más humana, relajada y coloquial. Tomarnos una cerveza, conversar, comer juntos. Y también, eventualmente, participar en otras actividades que no tenían un carácter tan formativo – académico. Podría ser interesante poder acceder a algún tipo de actividad deportiva, algún paseo fuera de Santiago, o algo que nos junte en una instancia distinta, más humana.
Dentro de las iniciativas que están desarrollando actualmente, ¿qué proyecto te gustaría destacar y compartir?
A mí me encanta el Kids in Energy & Sustainability. Es una iniciativa súper potente para cumplir con el objetivo de la humanización de la energía, del uso responsable de la misma. De cómo se puede ayudar a resolver problemas serios como la contaminación y el cambio climático. El valor que tiene el uso de nuestras energías renovables, muy abundante en nuestro país.
Hay desafíos naturalmente. En transmisión, en almacenamiento y en otra serie de cosas, pero Chile podría ser una potencia con una energía muy barata. Todavía tenemos que trabajar para eso, y por lo tanto, generar encadenamientos productivos muy potentes. Eso parte por avanzar en educación, y, por lo tanto, el programa Kids in Energy & Sustainability Energy tiene un gran futuro.