Marcel está casado con Fiorella Montoya y es padre de Martín, Renata y Amanda. Apasionado por la cocina y la música, confiesa que lleva varios años “tratando de aprender” a tocar saxo.
Es ingeniero civil en Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María, MBA de Tulane University, magíster en Comportamiento del Consumidor de la Universidad Adolfo Ibañez, y también cuenta con estudios de especialización en Design Thinking e Innovación en Stanford University.
Emprendedor durante parte importante de su carrera profesional, actualmente lidera el área de People Advisory en EY. Desde hace varios años que está vinculado a WEC Chile.
¿Qué significa para ti ser parte de WEC Chile?
Participar de un grupo de personas que se vinculan a través de un genuino interés por aportar al desarrollo de la sociedad desde distintas contribuciones en lo que a energía se refiere, ha sido, y espero siga siendo, un regalo.
Los cambios en la industria tienen y tendrán un impacto gigante en cómo las personas, organizaciones y la sociedad se comporta. Ser parte de dichas conversaciones y aportar a ellas, es algo muy preciado.
Es especial cómo WEC Chile se vincula con la sociedad. Y dos grandes ejemplos de ellos son los programas Women in Energy y Vive la Energía, este último dirigido a los niños. Ello hace de WEC un espacio único.
¿Cuál crees que es el principal aporte de tu organización a esta plataforma de diálogo neutra?
EY es una gran red de conocimiento y experiencia, dada por la diversidad de profesionales que conforman nuestra organización. Desde ahí hacemos un esfuerzo intencionado por poner dicha experiencia y conocimiento al servicio de WEC Chile a través de las distintas instancias que existen y en cada uno de los ejes temáticos de su estrategia.
¿Cuál crees que es nuestro principal potencial a nivel país en cuanto a recursos energéticos? ¿En qué debiéramos enfocarnos y cuáles son los principales desafíos?
WEC tiene una posición única de conectar y articular, desde una posición neutra, a los distintos actores de la industria. E integrar de esa manera el tremendo aporte que cada uno desarrolla en su ámbito particular, en pro de la sociedad.
Esa articulación y conexión permite que programas como Women in Energy generen un impacto que termina trascendiendo en la industria. Misma situación, sin duda, ocurrirá con programa relacionado a los niñas y niños de nuestro país. Y así, cada una de los diálogos y discusiones a las que convoca.
Parte de los desafíos debieran continuar con esta articulación y conexión de los actores de la industria, honrando la definición de ser una plataforma neutra.
¿Qué significado le das a la humanización de la transición energética?
No hay persona que no se vincule con la “energía” y con el proceso de transformación que ocurre en la industria. Lo que se explica de dicho proceso de transformación y, en especial, lo referido a transición energética, se realiza en un lenguaje muchas veces ajeno a la cotidianeidad de las personas y también en un lenguaje técnico que lo hace lejano y muy poco entendible.
Humanizar el proceso, es poder llevar los cambios de la industria a un nivel que sea entendible por el común de las personas, que se pueda explicar en forma simple y que poco a poco también esas personas participen de él, aportando en el camino de la transición, como también beneficiándose de ella.
También significa realizar acciones concretas para que los líderes que participan de estos procesos de transformación (transición energética) entiendan el impacto de la energía en el día a día de las personas que forman parte de la sociedad que impactan. Empatía, cercanía, diálogo y entendimiento de lo que pasa a todo nivel en la sociedad (niveles de pobreza energética). Avanzar en una transición sin una consciencia activa de los desbalances que existen en el acceso a la energía, limita la posibilidad de impacto que estos procesos tienen.
Dentro de las iniciativas que están desarrollando actualmente, ¿qué proyecto te gustaría destacar y compartir?
Hay dos iniciativas que quisiera comentar, ambas donde Eleanne Almeida, socia de EY, ejerce un rol de liderazgo relevante. La primera tiene relación con la asesoría que hacemos en clientes, particularmente de la industria minera, en su proceso de “electromovilidad”, transitando además al uso de “energías renovables”. Proceso no solo interesante en su conceptualización y desarrollo, sino de gran potencial de impacto por la envergadura de la industria en nuestra sociedad.
El segundo está relacionado con el diseño de un EcoCluster Industrial. Aquí, los principios del diseño del cluster se sustentan en el desarrollo de “economía regenerativa” y en el uso de “energías renovables” en esta comunidad. Un desarrollo innovador y único en la región, que conforme se vean resultados y beneficios, pudiera expandirse generando impacto positivos en la sociedad que participamos.