El aire y la vista al mar de la región de Valparaíso han sido testigos de la formación académica que ha tenido Marco Mancilla Ayancán, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE). Sus primeros años de estudio los forjó en el Colegio Alemán de Valparaíso, para después seguir en la Universidad Técnica Federico Santa María, desde donde se tituló de ingeniero civil industrial, además de ser licenciado en física.

También cuenta con estudios de magister en economía aplicada, especializándose en regulación de mercados energéticos de electricidad y combustibles. Desde 2005 es miembro del comité académico del Magister en Economía Energética de la Universidad Técnica Federico Santa María, participando en la creación del programa, por lo que, durante 19 años, ha dictado cursos de economía de la energía, regulación del sector energía y regulación del sector eléctrico, dirigiendo más de 70 trabajos de tesis de postgrado sobre el sector energía y su regulación.

Inició su carrera profesional en ingeniería en 1994, en el consorcio internacional que lideraba el primer proyecto de integración gasífera con Argentina, para luego ingresar, en 1996, a la CNE como ingeniero junior en el área hidrocarburos.

En 2010 fue designado jefe del nuevo Departamento de Hidrocarburos, cuando la antigua CNE evolucionó al organismo actual y se dispuso la creación del Ministerio de Energía. En 2017 fue ratificado en el cargo mediante el Sistema de Alta Dirección Pública. En marzo 2022 asumió la subrogancia de la secretaría ejecutiva y en noviembre fue confirmado en el máximo cargo de la CNE por el Presidente de la República, Gabriel Boric, tras ganar el concurso respectivo.

Marco es padre de cuatro hijos, entre 19 y 26 años, los menores mellizos, 3 mujeres y un varón. Su tiempo libre lo ocupa con sus seres queridos, compartiendo con toda la familia ampliada en festividades, cumpleaños o por cualquier excusa para reunirse a compartir un asado, un curanto o un cordero al palo, recordando sus raíces sureñas.

¿Qué significa para ti ser parte de WEC Chile?

WEC Chile es muy importante para el quehacer del sector energético del país, siendo un actor que en los últimos años se ha ganado con creces su puesto en la historia de la industria nacional, centrándose en la humanización de la energía e influenciar sobre el desarrollo sostenible del sector energético chileno, centrando la discusión en lo relevante para un diseño sistémico energético responsivo y justo para las personas y por otro lado dinámico y competitivo en el mercado. Además, WEC se caracteriza por tener una sistemática colaboración público-privada. Es por eso que, para la CNE, es importante estar presente en este organismo, cuya misión coincide con nuestra institución en cuanto a la generación de condiciones para un desarrollo seguro, sostenible, diversificado y de precios justos de los mercados energéticos chilenos.

¿Cuál crees que es el principal aporte de tu organización a esta plataforma de diálogo neutra?

El principal aporte de la CNE se basa en su experiencia técnica como servicio público descentralizado regulador del sector energético chileno, que actualmente se caracteriza por la masiva incorporación de energías renovables y sostenibles. Como organismo técnico, la CNE supervisa precios, tarifas y estándares de calidad para garantizar un servicio energético seguro y de alta calidad. A través del monitoreo y proyección del sector energético y la asesoría al Ministerio de Energía, la CNE contribuye con análisis técnicos y propuestas normativas que buscan un desarrollo equilibrado y económico del sector.

La humanización de la transición energética implica poner a las personas en el centro de nuestro quehacer.

En WEC, una plataforma neutra de diálogo, la CNE aporta una perspectiva regulatoria que permite integrar las diversas visiones de la industria, instancia donde participan diversos agentes de la cadena de la industria energética, desde proveedores hasta empresas que operan en los mercados energéticos. Esta instancia neutra es útil para conocer e intercambiar opiniones facilitando un intercambio de conocimientos técnicos y de visiones energéticas de largo plazo, enriqueciendo el diálogo global y ayudando a sus miembros a entender cómo los sistemas energéticos pueden evolucionar frente a desafíos actuales, como la transición energética y la integración de energías renovables.

¿Cuál crees que es nuestro principal potencial a nivel país en cuanto a recursos energéticos? ¿En qué debiéramos enfocarnos y cuáles son los principales desafíos?

Chile posee un enorme potencial en recursos energéticos renovables, como lo demuestran los avances recientes que han permitido superar el 40% de generación eléctrica basada en nuevas fuentes limpias e incluso el 60% si se considera la hidroelectricidad. Este desarrollo destaca el altísimo potencial del país para seguir expandiendo su capacidad de generación renovable y fomentar industrias estratégicas vinculadas a la electrificación, como la electromovilidad y la producción de combustibles basados en hidrógeno verde. En este contexto, es fundamental que el país enfoque sus esfuerzos en integrar estas tecnologías, promoviendo una infraestructura robusta y sostenible que respalde el crecimiento de estos sectores, diversifique la matriz energética y reduzca nuestra dependencia de energías fósiles.

Los principales desafíos radican en consolidar la cadena de valor de la electrificación y el hidrógeno verde, abarcando desde la generación hasta la distribución segura y eficiente de estos recursos. En este proceso, la CNE desempeña un papel crucial al monitorear, acompañar los procesos y establecer regulaciones que aseguren un marco equilibrado y confiable para las energías renovables y nuevos combustibles. Por su parte, WEC ofrece una plataforma de diálogo neutra e integral que permite alinear las visiones y perspectivas de todos los actores de la industria, tanto nacionales como internacionales, lo que es esencial para abordar los desafíos y aprovechar plenamente el potencial renovable de Chile en el escenario energético global.

¿Qué significado le das a la humanización de la transición energética?

La humanización de la transición energética implica poner a las personas en el centro de nuestro quehacer, lo que resulta ser inherente y parte de la esencia del regulador energético, como es la CNE en su carácter de servicio público, donde nuestros procesos e interacción con la industria, con los mercados y la ciudadanía buscan que la energía sea accesible y llegue a quienes habitan nuestro país de manera adecuada y a precios justos.

Dentro de las iniciativas que están desarrollando actualmente, ¿qué proyecto te gustaría destacar y compartir?

Más que destacar un proyecto puntual, la labor continua de la Comisión se centra en monitorear los mercados y proponer acciones clave para enfrentar los desafíos de la transición energética. Esto implica no sólo la incorporación oportuna de tecnologías innovadoras, sino también la proyección y el diseño de una transición de un mercado mayorista tradicional a uno que permita ofertas en una matriz en constante transformación hacia el 100% de energías renovables.

Asimismo, la Comisión participa activamente en acompañar la descarbonización y electrificación de diversos sectores, colaborando estrechamente con la institucionalidad y la industria del sector energético para asegurar que los beneficios de la transición lleguen a los clientes finales de manera justa y efectiva. Este enfoque estratégico y proactivo permite a la Comisión apoyar el avance de la transición energética en Chile, promoviendo un futuro energético más limpio, accesible y eficiente para todos.