“Nací en Venezuela, pero en Chile llevo mucho tiempo, por lo que lo considero mi país. Soy casado, y padre de tres hermosas niñas. En mi tiempo libre, me gusta leer, viajar y pasar tiempo al aire libre en familia”, cuenta Óscar Falcón, Managing Director Latin America de Black & Veatch

¿Qué significa para ti ser parte de WEC Chile?

Es un honor poder ser parte de esta plataforma de diálogo libre entre líderes de alto nivel del ámbito público, privado y la academia, pero a la vez es una responsabilidad como empresa y personalmente tener la posibilidad de aportar y discutir sobre los temas más importantes del desarrollo de rubro energético de nuestro país.

Sin duda, con la velocidad a la que cambia el mercado, las nuevas contingencias, los nuevos actores que están involucrados en él, hay muchísimo trabajo para todos los socios de WEC en torno a mejorar el proceso de transición energética del país. Desde nuestra tribuna colaboramos en la asociación con ideas y propuestas concretas, y soluciones que puedan ser adoptadas de manera transversal en la industria.

¿Cuál crees que es el principal aporte de tu organización a esta plataforma de diálogo neutral?

Nosotros como Black & Veatch estamos muy comprometidos con la transición energética y aportando un granito de arena desde nuestro rubro para ayudar a la implementación de proyectos de infraestructura sostenible. Desde el punto de vista de una empresa con una trayectoria de más de 100 años en EE.UU. y con presencia global, buscamos aportar con nuestra vasta experiencia internacional, mejores prácticas y foco en innovación en la participación de proyectos energéticos.

¿Cuál crees que es nuestro principal potencial a nivel país en cuanto a recursos energéticos? ¿En qué debiéramos enfocarnos y cuáles son los principales desafíos?

Chile es el país mejor posicionado en la región debido a sus recursos naturales, lo cual permite una excelente generación de energías renovables a partir de fuentes como la solar (en el norte) y la eólica (en el sur).

El enfoque debe estar en cómo hacer el mejor uso de los recursos para asegurar el suministro de energía seguro, más eficiente y accesible para todos los usuarios a nivel nacional. Es por esto que el concepto de transición energética debe ser implementado de una manera responsable para asegurar que el usuario final no se vea afectado. Para tener un suministro seguro de fuentes renovables, además de las plantas solares y eólicas, y de algunas otras tecnologías ya implementadas en el país (geotermia, mini hydros, CSP), es importante crecer en sistemas de almacenamiento para poder cubrir los bloques horarios donde no se produce energía.

También como país el enfoque debe estar en establecer las regulaciones e incentivos necesarios para poder explotar el gran potencial energético a través de fuentes renovables y poder evacuar toda esa energía a mercados internacionales a través del hidrógeno verde u otras fuentes derivadas del hidrógeno, como podrían ser los combustibles sintéticos o amoniaco verde.

¿Qué significado le das a la humanización de la transición energética?

Es muy importante pensar siempre en una transición energética justa en la cual no solo estén involucrados los privados y la academia. No hay que sin perder de vista el fin último de todas las iniciativas en que trabajamos por el cambio climático y sobre todo no olvidar a las personas o usuarios finales de la energía.

No debemos perder el foco y enfrentar las distintas crisis por las que atraviesa la humanidad junto con las enormes desigualdades que se originan. Venceremos estas barreras solo si logramos repensar los sistemas en que vivimos y lograr una transición energética justa y clara para todos.

En resumen, hablar de transición energética justa significa satisfacer las necesidades humanas en un contexto de recursos finitos. Así la transición energética no solo será deseable, sino que se convertirá en algo posible.

Dentro de las iniciativas que están desarrollando actualmente, ¿qué proyecto te gustaría destacar y compartir?

Me gustaría destacar que Black & Veatch está a la vanguardia en la participación de proyectos de hidrógeno verde. Por ahora tenemos ya 3 proyectos en ejecución en EE.UU. Uno de ellos es de los más grandes del mundo. Está en Utah, donde estamos instalando 300MW en electrolizadores para alimentar una central de ciclo combinado.