A solo días de dar inicio al 26° World Energy Congress, el Consejo Mundial de Energía (WEC) dio a conocer el informe anual del Trilema Energético, el cual visibiliza los avances y retrocesos de los países en cuanto a seguridad energética, equidad y sostenibilidad ambiental, todos temas en los que se centrarán las conversaciones durante la cita planetaria a realizarse en Rotterdam, Países bajos.
La 15ª edición del documento, titulado: ‘Evolucionando con Resiliencia y Justicia’, expone los profundos cambios en los sistemas energéticos globales desencadenados por el primer remezón impulsado por la demanda en respuesta a la guerra en Ucrania y la necesidad de evolucionar en términos de liderazgo para acelerar las transiciones energéticas globales en todas las regiones.
El marco del Trilema Energético Mundial, que abarca más de 100 países, rastrea el desempeño energético nacional frente a las tres dimensiones clave mencionadas, las cuales reflejan nuevas ambiciones en la gestión de la energía para las personas y el planeta, y la “nueva amenaza de las poli crisis”.
La seguridad energética ahora abarca la confiabilidad de las energías renovables, la disponibilidad y accesibilidad de minerales críticos, y la resiliencia frente a amenazas físicas y cibernéticas.
La equidad energética se ha profundizado para incluir nuevas demandas de justicia, un acceso más justo y una distribución equitativa de los beneficios de la energía limpia, así como el impacto de las transiciones energéticas en las comunidades vulnerables.
La sostenibilidad ambiental se ha ampliado para ser una preocupación holística por la salud planetaria, abrazando los principios de economía circular, la interconexión de los sistemas de agua, alimentos y energía, y una mejor alineación de los esfuerzos de descarbonización con los límites ecológicos del planeta.
Aunque los puntajes totales del Trilema continúan reflejando el rezago en la recopilación de datos nacionales y muestran a los países europeos entre los mejores, las entrevistas resaltan los desafíos causados por el primer shock energético impulsado por la demanda del consumidor tras la invasión de Ucrania.
Los impactos en la seguridad energética producto de la guerra y Europa dando la espalda a las importaciones de gas ruso y buscando fuentes alternativas, continúan teniendo efectos en los sistemas energéticos globales. Aunque las soluciones a corto plazo aliviaron los problemas en cuanto a la seguridad, el aumento del uso del carbón generó preocupaciones de equidad y sostenibilidad, y los costos crecientes ponen en riesgo la competitividad industrial del Viejo Contienente a largo plazo.
Angela Wilkinson, Secretaria General y CEO de WEC, dijo que “esta última edición del Trilema Energético Mundial, demuestra que cómo llegamos a ‘aquí’ no nos llevará a ‘allá’ cuando se trata de gestionar transiciones energéticas globales ordenadas, inclusivas y justas”.
«A medida que rediseñamos la energía para las personas y el planeta, estamos transformando el marco del Trilema y extendiendo el uso práctico de esta herramienta de gestión del rendimiento y de orientación, más allá de los países enfocándonos en regiones y ciudades», sostuvo.
¿Cómo está Chile?
Analizando el detalle del reporte para Latinoamérica y El Caribe, Chile se ubica en la segunda casilla, un puesto bajo Uruguay. En términos de seguridad energética, la creciente necesidad global de minerales críticos posiciona al país como líder en la producción de cobre (27%) y litio (26%).
“Debido a que la minería es un impulsor clave del crecimiento económico de la región, ya existen estructuras institucionales para aprovechar esta oportunidad. Chile, por ejemplo, cuenta con una sólida estrategia de minería de litio”, se lee en el documento.
En cuanto a las oportunidades y ventajas que presenta el país, se destacan sus otras estrategias a largo plazo y capacidad institucional, fomentando la inversión en energía limpia.
“La estrategia de hidrógeno de Chile es una de esas visiones a largo plazo que cuenta con el respaldo de todas las facciones del sistema político. Además, la Ley de Cambio Climático tiene como objetivo fortalecer la carbono neutralidad institucionalmente”, agrega el análisis del Trilema.